La protección pasiva en un edificio se centra en medidas constructivas para prevenir la propagación del fuego, humo y calor durante un incendio. Un componente clave son las puertas cortafuegos, diseñadas para retrasar la expansión del fuego y permitir evacuaciones seguras. Estas puertas poseen características fundamentales:
- Resistencia al Fuego: Fabricadas con materiales como el acero, las puertas cortafuegos resisten altas temperaturas durante un tiempo específico, por ejemplo, 60 minutos, impidiendo la propagación del fuego.
- Sellado Hermético: Equipadas con sellos intumescentes, las puertas se expanden al calor, creando una barrera hermética que evita el paso de humo y fuego.
- Cierre Automático: Para asegurar su eficacia, las puertas cuentan con mecanismos automáticos de cierre, como cierra-puertas o resortes, garantizando el cierre inmediato y la integridad de la barrera cortafuegos.
Es esencial cumplir con normativas locales o nacionales de protección contra incendios en el diseño, instalación y mantenimiento de puertas cortafuegos para garantizar su funcionalidad en situaciones de emergencia.